La Temporada 7 de Rick and Morty tuvo un inicio decepcionante. A tal grado, que ameritaría usar el dispositivo «borra recuerdos» del Episodio 8 de la Temporada 3. Y es que, después de verlo completo, no hay otra sensación posible que las ganas de quitarse tan bochornoso capítulo de la cabeza.
La serie nos tenía acostumbrados a grandes inicios de temporada. A veces, dándole continuidad al último episodio de la temporada anterior. Otras, mostrándonos excelentes conceptos en capítulos autoconcluyentes. Pero no fue el caso de How Poopy Got His Poop Back, el peor episodio hasta ahora.
La trama gira alrededor del Señor Pantalones de Popó, un personaje que apareció por primera vez en el episodio de los parásitos espaciales (Temporada 2, Episodio 4). Dicho personaje es uno de los más absurdos de la serie, aunque suele integrarse bien en los conceptos de los distintos episodios. Sobre todo, cuando la serie juega a ufanarse de lo absurdo. Sin embargo, esta vez resultó diferente.
Al principio del episodio, se muestra que el hilarante personaje está viviendo en la casa de los Smith, mientras intenta, sin éxito, superar un cuadro de depresión y alcoholismo. La familia no soporta más la convivencia con él y le piden a Rick realizar una intervención. Pero este se niega y repite que las intervenciones nunca funcionan. De todos modos, acepta hacer lo posible para que su amigo se vaya de la casa y reúne a su grupo para lograrlo.
El concepto del episodio parece girar sobre la profesía autocumplida de que las intervenciones nunca funcionan, ya que luego de juntar a Hombre Pájaro, Hombre Engranaje, Squanchy y al vecino de los Smith, los personajes comienzan una deriva decadente hacia consumos problemáticos y malas decisiones.
La trama rápidamente degenera en un episodio de «estrella invitada» cuando Hugh Jackman se une a la pandilla. Su personaje no aporta absolutamente nada. Sus líneas no son graciosas. Sus chistes suenan rebuscados. Y, al final, se siente como cualquier capítulo mediocre de «estrella invitada» de las nuevas temporadas de Los Simpson.
El episodio culmina con Hugh Jackman noqueando a la nueva pareja de su esposa, un depredador de las películas de John McTiernan, justo después de que el Señor Pantalones de Popó admite que debe reencauzar su vida sin interferir en la de su exmujer. Luego, hay una escena de cierre que parece una referencia a la serie animada King of the Hill (Los Reyes de la Colina).
¿Pero por qué es el peor episodio de toda la serie?
Rick es un personaje profundamente nihilista, que cree que nada en el universo tiene un sentido trascendental. Prescinde de cualquier dique de contensión moral, desentendiéndose de toda religión o causa rectora. Sin embargo, su perspectiva de que nada importa constantemente entra en crisis en las andanzas que vive junto a los Smith. Y ese es el espíritu de la serie, más allá del humor absurdo.
Ahora bien, en este último episodio no encontramos nada de eso. La reflexión sobre la amistad, que pretendía ser el eje vertebrador del capítulo, termina perdiéndose en una sucesión de eventos absurdos inconexos. La inclusión de Hugh Jackman se siente forzada. Y no lleva a ningún lado. El Señor Pantalones de Popó, por su parte, termina convirtiéndose en el Señor Mojón de South Park, un personaje indeseable que ya no encaja con lo que buscamos en la serie: una trama más profunda y menos chistes fáciles.
Rick and Morty supo explotar todos los recursos de la ciencia ficción para dar lugar a conceptos extraordinarios y tramas brillantes. Nunca se limitó al humor absurdo, ni al recurso barato de la «estrella invitada». Siempre se caracterizó por una versatilidad en el tipo de chistes, desde el humor negro hasta la autoburla. Y manejó los guiños al público sin destrozar la cuarta pared. Por eso las expectativas estaban tan altas para este capítulo.
¿Veremos una mejora o la serie empezará a tomar el camino de Los Simpson?
La pregunta es inevitable. Las series animadas tienden a mutar, sobre todo cuando acumulan tantas temporadas. A veces, para bien, como South Park. Muchas otras, para mal, como Los Simpson.
En el caso de Rick and Morty, hay que tener en consideración dos cuestiones. Por un lado, la salida de Justin Roiland, uno de sus creadores junto a Dan Harmon. Por el otro, que el guionista de este capítulo ha sido Nick Rutherford, uno de los escritores de Saturday Night Live.
Los directores y guionistas de cada episodio van cambiando. Y, en el caso de Nick Rutherford, este ya había guionado otro que muchos consideraron un fiasco, aunque no a este nivel. Se trata de Rickdependence Spray, de la Temporada 5. El episodio del apocalipsis causado por el esperma gigante.
Sin dudas, este guionista se caracteriza por abusar del humor absurdo, en detrimento de otros recursos satíricos y conceptos narrativos. Pero la serie tiene muchos guionistas y a la Temporada 7 todavía le quedan nueve episodios. Así que, tal vez, este sea sólo un mal comienzo de una gran tempoarada o el principio de un declive. Habrá que esperar hasta el próximo domingo para saberlo.
El primer capítulo de la séptima temporada resultó una decepción. Un flojo guión de Nick Rutherford que abusa del humor absurdo en detrimento de la trama.