El sexto episodio de séptima temporada de Rick and Morty, Mort: Ragnarick, resultó ser un capítulo antológico.
La serie ya había explorado este formato narrativo en otras oportunidades tales como los de la televisión interdimensional, Rixty Minutes (Temporada 1) e Interdimensional Cable 2: Tempting Fate (Temporada 2), así como también con el aparato borrador de recuerdos, Morty’s Mind Blowers (Temporada 3), y el tren de juguete de la Ciudadela, Never Ricking Morty (Temporada 3).
Recordemos que una antología consiste en una recopilación o colección de diferentes obras, a menudo reunidas bajo un criterio determinado. La serie de Adult Swim, sin embargo, se mofa de esta última cuestión, dado que el corazón de nuestra aventura animada está en la idea de que, si existen infinitos universos, hay infinitas posibilidades.
Por lo tanto, los capítulos antológicos, lejos de respetar un criterio, son una sucesión de fragmentos inconexos de vivencias de los protagonistas cuya finalidad es explotar el humor absurdo. Y si bien existe, en términos narrativos, un hilo conductor que hilvana cada microclip que se nos presenta, estos son independientes entre sí. Rara vez tienen continuidad o relación con algún evento canónico. No obstante, uno de los personajes aparecidos durante el último episodio dejó a los fans con ganas de más.
El personaje en cuestión se llama Churry. Y sí, como su nombre lo sugiere, es un churro. Uno pequeño, antropomórfico y muy adorable.
Morty le pregunta a Rick si puede darle vida a un churro. Su abuelo, como en tantas otras oportunidades, lo complace sin advertirle de las consecuencias. Básicamente, porque, dado el nihilismo que lo caracteriza, ni siquiera le importan esas consecuencias. Y su nieto, como en tantas otras ocasiones, se da cuenta demasiado tarde de lo que hizo.
El más joven de los Smith pasa tiempo con Churry y se divierte con él hasta que se aburre. Entonces le pide a su abuelo que lo devuelva a su estado de churro comestible. Es ahí cuando Rick le confiesa que, en realidad, no puede hacer eso. Y que, para darle vida, tuvo que hacerlo inmortal. Lo cual ya no puede deshacer.
La historia de Churry termina de forma trágica. Pensemos en un perro que es abandonado por su dueño en un lugar inhóspito de alguna ruta perdida, para que no pueda volver tras él. Eso mismo le sucede a este simpático personaje.
Morty deja a Churry en un planeta árido, similar a Marte, luego de hacerle creer que se reencontraría con una supuesta familia, la cual los espectadores sabemos que no existe. Y mientras el adorable churro corre emocionado hacia la trampa, su fiel amigo se marcha sin mirarlo a la cara.
Al final, Churry contempla cómo la nave espacial lo abandona y le grita encolerizado: «Recuerda mis palabras Morty, ¡te dejaré como tú me dejaste! ¡En un planeta estéril rezando por la muerte!».
Esta microhistoria conmovió a los fans de la serie. A tal punto que, en las redes sociales, hicieron conocer sus deseos de que el personaje tuviera continuidad.
Aunque no podemos asegurar que vuelva a aparecer y difícilmente se convierta en un elemento canónico, los guionistas incluyeron un guiño al público en la escena poscréditos.
Morty abre su locker en la escuela y se asusta al ver un churro. Retrocede asustado y la masa azucarada cae al suelo. Uno de sus compañeros de la escuela lo levanta y se lo come, demostrándole a los espectadores que se trata de un churro normal. Sin embargo, al volver a su casillero, el más joven de los Smith descubre la frase «coming soon» escrita con azúcar morena.
Esta puede traducirse como «muy pronto» o «próximamente», lo cual parecería indicar que aquella escena donde Churry es abandonado tal vez no sea la última de este simpático y trágico personaje.
En el episodio 6 de la séptima temporada hizo su aparición un personaje tan simpático como efímero y con un final trágico.