Categorías Tecnología argentina Etiquetas , ,

Reactor CAREM: La gran oportunidad argentina en la industria nuclear

Históricamente, la construcción de centrales nucleares resultó bastante costosa. Aun así, durante la Guerra Fría, el desarrollo del sector fue una prioridad para cualquier país en busca de soberanía energética y tecnológica. La carrera nuclear tuvo como protagonistas a los Estados Unidos y la Unión Soviética, pero otros países, como la Argentina, también se alistaron en la competencia. En nuestro caso, con la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en 1950.

Por aquel entonces, el foco estaba puesto en la capacidad de producción de energía, en lugar de la rentabilidad económica. Se construían grandes centrales nucleares que suponían una inversión inicial muy elevada y tardaban décadas en amortizarse. Ejemplos de esto son el complejo Atucha y la Central Embalse. Sin embargo, desde hace algunos años, el paradigma es diferente.

Los Acuerdos de París pugnan por el abandono de los hidrocarburos y la adopción de fuentes de energía limpias. Aquí aparecen la energía nuclear y los reactores modulares de baja potencia. Este nuevo enfoque busca desarrollar reactores más pequeños, rentables y fácilmente exportables. Ya no se pretende abastecer a una amplia región con una sola planta nuclear muy costosa, sino suministrar energía a centros urbanos más pequeños, de forma altamente eficiente.

Varios países están desarrollando prototipos que apuntan en este sentido. Rusia, China y los Estados Unidos tienen sus proyectos. Pero uno de los más avanzados del mundo es el de Argentina. El Reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) es un reactor modular de baja potencia, de diseño 100% nacional. En 2014, se convirtió en el primer Small Modular Reactor (SMR) en iniciar su construcción y actualmente, de acuerdo al último informe de la CNEA, ya se completaron tres cuartas partes de la obra.

Utilizará uranio enriquecido como combustible nuclear y agua liviana como refrigerante. Esta es una diferencia importante con respecto a los reactores nucleares de agua presurizada (comúnmente conocidos como PWR), ya que permite operar a presiones más bajas y temperaturas más altas.

El prototipo del CAREM será capaz de generar 32 megavatios de electricidad, pero la CNEA trabaja en una versión comercial de mayor potencia (entre 100 y 120 MWe). Además, hay que destacar que el reactor podrá ser aprovechado para otros servicios además de la producción energética. Se prevee su utilización para la desalinización de agua de mar y también para la producción de radioisótopos para la Medicina Nuclear. Además, constituirá un importante laboratorio de investigación y entrenamiento para operadores de centrales nucleares.

Sin lugar a dudas, el CAREM es la oportunidad de Argentina para consolidarse en el mercado mundial como un exportar de alta tecnología. Aunque esta posibilidad está supeditada a las políticas que adopten los sucesivos gobiernos. Un desfinanciamiento del sector podría comprometer la escalabilidad del proyecto. Lo que significaría perder el tren hacia una Argentina potencia.

El prototipo es uno de los más avanzados del mundo y podría exportarse al mundo por millones de dólares.

1 comentario en «Reactor CAREM: La gran oportunidad argentina en la industria nuclear»

Deja un comentario